0. COLAS

El principal atributo que caracteriza a la raza negra, por todos es sabido que son sus colas, largas y duras. Nada mas aterrizar en el aeropuerto de Antananarrabo uno tiene la primera oportunidad de comprobar que esto no es una leyenda: los cientos de turistas y/o residentes provenientes del vuelo de Paris nos abalanzamos todos a la vez sobre el mostrador de pagar el visado, donde un solo aborigen se encargara de destrozar nuestras esperanzas acumuladas durante 12 horas de fumar nada mas bajar del avion. Como les gusta colarse, la cola ademas de larga y dura empieza a ponerse cada vez mas gruesa. Por si fuera poco, despues nos esperan la cola de control del visado, la de recoger las maletas y la de salir. Como dice Murakami en su ultimo libro (tan bien traducido por mi profe de japones) "el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional" (lema que nos acompanara durante la cola, el viaje e igual la vida entera), asi que le hacemos caso y nos sentamos a esperar y a preguntar a la gente que zonas del pais nos recomiendan. Si en este intervalazo uno desfallece por la falta de nicotina, pues va a por el jefe del aeropuerto y este le pasa todo los controles y le acompana fuera a que fume ("pero luego vuelves al control, eh?").
Una vez fuera vienen los pesaos del taxi legal, los del ilegal, los del autobus, los del cambio, los de regalame tu mechero, los del hotel, los que te dicen champion du monde... cuando ya pensamos en dormir en el aeropuerto hasta q se haga de dia (total, ya estamos acostumbrados) y coger el bus a primera hora, aparece Sergio, un italiano q hemos conocido en la cola q se ha heho una casa en un pueblo en la costa y q se ofrece a llevarnos gratis a la ciudad en la furgoneta q ha contratado. Nos vamos los diez al hotel y 300 kilos de maletas italianas.
Y ala, a Madagascarla!

P.D. No hemos puesto fotos, podeis ver colas de negros poniendo "cola de negro" en el google, ya vereis que bien.

P.D. De todas formas, Raul vio ayer una de verdad: un tio meando en un callejon, se giro para verlo y entonces metio la pierna hasta la rodilla en una acequia toa negra. Por lo menos, el negro la tenia pequena, dice.